miércoles, 1 de febrero de 2012

Windows vs. Linux

Durante más de un año venía pensando que me tenía que pasar a Linux porque mi ordenador cada vez se hacía más pesado y más lento. Las viejas fórmulas ya no funcionaban. Formatearlo no lo hacía mucho más rápido, la memoria se ocupaba casi entera sin estar haciendo nada (1GB en sus inicios, que hace un año amplié a 2 GB por este mismo motivo) y era imposible abrir el navegador, el Messenger, y el reproductor de música a la vez (algo, para mí, elemental). Y finalmente hace unos tres meses decidí instalarmelo.

A parte de que sea gratuito, siempre había escuchado criticas positivas hacia él, como que no te entran virus (porque a quienes los crean no les vale la pena) pero sobre todo por el consumo de recursos. También se oían negativas, como que hay muy poco hardware soportado, que esto, aunque tiene parte de verdad, cada vez sucece menos, y menos aún en equipos viejos.

Acerca de Windows, siempre se ha dicho que es bueno formatearlo cada año para que siga funcionando. Pero en ocasiones he oído incluso que Windows diseña los Sistemas Operativos para que se hagan lentos a sí mismos, para que te dé la sensación de que tienes un PC viejo y tienes que comprarte uno nuevo, por lo que te gastaras otros X euros de los cuales 100 van a ser para Microsoft por la nueva licencia que compres. Vamos, la obsolescencia programada de toda la vida.

Con los Mac, yo diría que esto no ocurre (no tengo experiencia propia) pero me llamó la atención esta opinión de un usuario de Mac. Básicamente el post explica que aunque su ordenador con 5 años funciona como el primer día, no puede instalarse cosas nuevas porque su Sistema Operativo no lo soporta, y su Sistema Operativo tampoco se actualiza porque Apple considera obsoleto ese ordenador. Vamos, esto es otra manera diferente de obsolescencia programada, pero yo diría que incluso más agresiva, porque no es que haya dejado de funcionar, sino que, aún funcionando, te obligan a tirarlo.

Conocida toda esta información yo procedí a instalar mi Linux. Me descargué Ubuntu, que es una distribución para gente digamos "nueva" en esto de Linux. Lo instale "al lado" de Windows, es decir, cada uno en una partición y que puedas iniciar el que desees de los dos. Esto lo hice así porque pensaba usar Linux solo en algún rato a ver que tal y como funcionaba.

Ya teniendo Linux instalado, seguí usando durante un tiempo usaba ambos Sistemas, pero rápidamente empecé a usar solo Linux por la cantidad de ventajas que ví: El ordenador tarda 30 segundos en arrancar en vez de 5 (o 10) minutos, la memoria consumida sin abrir programas es mínima, y sobre todo, no he perdido ninguna funcionalidad respecto a Windows. Además, las utilidades del día a día las lleva de fábrica de modo que no tienes que perder un monton de tiempo en instalarlas. De hecho, si hubiese puesto Linux hace un año no tendría ni que haberme duplicado la memoria, ya que nunca supero 1GB que es lo que tenía antes. Y otra ventaja no menos importante es que no tienes que piratearte el Office ni Windows.

Hoy pienso ya de otra manera, y me arrepiento de la poca cantidad de espacio que hice a la partición de Linux, ya que como he dicho mi idea era usarlo poco, y ahora es raro el día que abro Windows., que prácticamente lo uso solo para juegos o aplicaciones pesadas para Windows (Photoshop, Autocad, etc...). El hecho de que estas aplicaciones solo existan para Windows es un tema a parte y daría para otro post entero (o más de uno).

Si has llegado hasta aquí quizás es que también te hayas planteado en algún momento de tu vida qué hacer con tu ordenador cuando ya parece que está para el arrastre. Piensa que si tienes que formatear tu Windows porque es demasiado lento, formatearlo te cuesta lo mismo que poner una partición para Linux con la diferencia de que tendrás ambos. Así que, si hasta ahora dudabas en si ponertelo o no, ¡creo que es un buen momento para hacerlo!


No hay comentarios:

Publicar un comentario